miércoles, 28 de noviembre de 2007

ESCENAS MEMORABLES DEL CINEMA BIS (IV)

Viy (Georgi Kropachyov y Konstantin Yershov, 1967)

Esta película rusa es una adaptación del mismo cuento en que se basó Mario Bava para rodar su primera película, la fundamental "La máscara del demonio" (1960). Quizás esta versión sea más fidedigna al relato original, pero también se toma sus licencias.

En esta película, que según algunas fuentes es la primera del género de terror que se hizo en la Unión Soviética, tenemos como protagonista a un joven seminarista que ha de pasar tres días con sus noches encerrado mientras vela el cuerpo de una muchacha. Y dicha muchacha es una bruja que invocará a todos los demonios conocidos, incluído el temible Viy, a los que lanzará sobre el indefenso muchacho.

Esa es la escena que os propongo, la mejor de todo el filme en mi opinión, cuya visión os recomiendo vivamente por cuanto se aparta de los cánones occidentales a los que estamos acostumbrados. Solo hay que ver cómo son representados los demonios que aparecen: son extravagantes como pocos, sobretodo el inenarrable Viy que aparece al final.

A destacar, además de la preciosa escenografía y efectos visuales, la fotografía gris del interior que se contrapone con el vivo colorido del exterior (aunque en esta escena únicamente aparezca un segundo).



sábado, 24 de noviembre de 2007

ANNIE BELLE, RETRATO DE UNA NÍNFULA (I)



La vecina que todos quisiéramos tener. Esta parisina era todo un encanto. Tenía un bello rostro que desprendía inocencia, una inocencia que al parecer no tardó demasiado tiempo en desaparecer. Y junto a esa carita de no haber roto ningún plato era dueña de un atractivo cuerpo que no dudaba en mostrar y con el que se entregó a hombres y mujeres en multitud de escenas tórridas durante los quince años que estuvo activa en el cine.

Nacida el diez de diciembre de 1956, su nombre auténtico era el de Annie Brilland, nombre con el que debutó en 1974 en “Tout le monde il en a deux”, dirigida por el viejo zorro de Jean Rollin. Eran años en los que el cine erótico estaba en su pleno apogeo en nuestro país vecino. Realizadores como Max Pécas, Francis Leroi, Jean-Marie Pallardy, José Benazeraf, Michel Lemoine, Claude Mulot, Gérard Kikoïne e incluso Guy Casaril se especializaron en este género y lo dotaron de esa carga de qualité tan cara al cine galo. La producción erótica era masiva y ese mismo año dos películas de este género reventaron las taquillas: “Emmanuelle”, debut en la realización de Just Jaeckin; y “Cuentos inmorales”, del ya veterano director polaco Walerian Borowczyk.


Esta “Tout le monde il en a deux”, la dirigió Jean Rollin bajo el seudónimo de Michel Gentil, que era el que utilizaba para sus películas no adscritas al cine de terror. Su argumento era muy escueto, con secuestradores y una especie de sociedad secreta que se dedicaba a organizar bacanales, como en “Eyes wide shut”. En la gran bacanal que ocupa el último cuarto de hora de metraje era ofrecida a los participantes una neófita Annie, a la que cortaban su rizada melena y le dejaban un atractivo corte a lo “garçon”, que se convertiría en su seña de identidad más característica.


Una película de lograda atmósfera decadente, con mucho sexo, aunque no explícito. Así lo explicaba el propio Rollin, “No rodé ninguna escena hardcore para esta película, pero fuimos al máximo nivel permitido de softcore, porque Lionel (Wallmann, productor y coguionista de la cinta, que comenzó como profesor de ping-pong de Danny Kaye) quería algo realmente espectacular y el porno todavía no estaba legalizado por entonces”.

La película conoció un remontaje con el explícito título de “Bacchanales sexuelles”. En nuestro país conoció distribución comercial bajo el no menos contundente título de “La orgía de las niñas cachondas”.


Un debut espectacular el de nuestra protagonista, que dejaba bien a las claras qué derroteros seguiría gran parte de su carrera.





Ese mismo año, Annie protagonizaría la comedia erótica “Le rallye des joyeuses”, dirigida por el especialista Alain Nauroy y con la actriz belga Anne Libert como protagonista principal. No he podido ver la película y tampoco he encontrado muchos datos sobre ella, pero sabiendo que a su realizador se le deben cintas del calibre de “Furor en el vientre” (1974) o “Historias pornográficas” (1977), pues uno ya se puede imaginar por donde iban los tiros. Curiosamente, en IMDB aparece Serge Korber como artífice de esta cinta.

En 1975, y de nuevo a las órdenes de Jean Rollin, da vida a la fascinante muchacha de blanco de “Lèvres de sang”, película de la que ya hablamos con anterioridad y de la que puedes encontrar más información aquí.





En 1976 tiene lugar uno de los títulos más importantes de nuestra protagonista, por cuanto tiene de autobiográfico. Se trata de “La fine dell’innocenza”, que en España llevó el esclarecedor título de “Las noches pecaminosas de una menor”, y al igual que ocurriría después con “Laura”, se estrenó con unos años de retraso, y como aquella, también fue clasificada “S”.

El artífice principal de este fín de la inocencia fue el veterano productor Harry Alan Towers, que comenzó en el negocio del cine a mediados de los cincuenta y todavía sigue activo. Towers, se fijó en la belleza de Annie e intentó lanzarla al estrellato como anteriormente lo había hecho con Margaret Lee o con Maria Rohm, con la que sigue felizmente casado.


La película salió al mercado como la verdadera historia de Annie Belle, cuya vida comenzó a los trece años. Ignoro cuanto habrá de verdad y cuanto de fantasía en esta semblanza de la actriz, que aparece en los créditos como argumentista.

Narra la película cómo durante su adolescencia, Annie viaja a Hong-Kong con su padre, pero después descubrimos que este no es tal, sino su amante. Al poco tiempo se descubren unos turbios manejos que tienen como protagonista al presunto padre y lo meten en prisión. Una desconsolada Annie será recogida por un matrimonio con el que conocerá lo que es el fin de la inocencia.


Annie tenía en esta película su primer papel protagonista. Para la ocasión, cambió de aspecto y estrenó un pelo rubio oxigenado que conservaría durante unos pocos rodajes más. En este rodaje coincidiría con sus dos grandes amores, Ciro Ippolito, un actor que después se metió a realizador (en España, de esta faceta de Ippolito, únicamente se estrenó la lisérgica “Alien 2”) y el también actor Al Cliver.

Como realizador se contó con la labor de Massimo Dallamano, un muy interesante artesano que contaba con títulos tan interesantes como “El placer de Venus” (1969), “El retrato de Dorian Gray” (1970) o “¿Qué habéis hecho con Solange?" (1971).


La película tuvo bastante éxito allá donde se estrenó, sobre todo en el mercado japonés. En los Estados Unidos se estrenó con el título de “Annie”, y en el Reino Unido con el de “Blue Belle”.


Según Cliver, el rodaje fue un desastre y pese a que no se cuenta entre lo mejor de Dallamano, sí que resulta más entretenida que la posterior “Laura”.






La vida de Emmanuelle Arsan se podría resumir en una palabra: mentira. Famosa mundialmente por ser la escritora de la saga semiautobiográfica “Emmanuelle”, más tarde se reveló que nada era lo que parecía. En primer lugar, esta escritora de origen thailandés nació con el nombre de Marayat Bibidh. Cuando tenía dieciséis años se casó con el diplomático francés Louis-Jacques Rollet-Andriane, quien años más tarde reconoció ser el autor de todos las novelas atribuídas a su mujer. Y todo esto viene a colación porque la siguiente película protagonizada por Annie Belle se trató de “Laura”, presuntamente dirigida por la Arsan (aunque en los títulos de crédito aparece un surrealista “dirigida por anónimo”), pero cuya autoría también corresponde al señor Rollet-Andriane. Lo que al menos sí sabemos que hizo Emmanuelle Arsan es reservarse un papel importante en esta cinta. Interpreta a Myrte, una de las integrantes de la expedición que acompaña a Laura para presenciar un extraño rito que la tribu Mara lleva perpetuando desde hace cientos de años y que viene a ser algo así como un vaciado de memoria, una amnesia colectiva que les hace comenzar de nuevo su vida desde cero. Una extraña ceremonia a la que Laura se presentará voluntariamente.

En “Laura” tenía como pareja a un primerizo Al Cliver, con el que ya había trabajado en su aventura con Dallamano, y al que después veríamos en diversas películas de Lucio Fulci, como “Nueva York bajo el terror de los zombi” o “El más allá”. Cliver, cuyo nombre verdadero es el de Pierluigi Conti, caería rendido ante los encantos de nuestra francesita y ambos tendrían un romance que duraría unos tres años.

La película, por razones comerciales, salió al mercado anglosajón con el título de “Emmanuelle forever”, pese a que el personaje creado por el diplomático francés no aparecía por ninguna parte.

Cualitativamente no se le pueden encontrar muchos méritos, aparte de los bellos paisajes naturales y un cuidado formal en los encuadres y fotografía, pero su desesperante ritmo la hace muy aburrida. Con todo, es un "must" para los amantes de este tipo de cine.

Como curiosidades, hay que mencionar que el productor fue Ovidio G. Assonitis, experto en meter las manos en el trabajo de los realizadores con los que trabaja. Y si no, que se lo pregunten a James Cameron, que jura que Assonitis es el responsable de la mayor parte del metraje de su “opera prima”, “Piraña 2: Los vampiros del mar”. Como no, el bueno de Ovidio también dirigiría alguna escena de esta “Laura”. También parece que ayudó en la dirección Sonia Molteni, la mujer de Assonitis.

Hay que mencionar también que Annie Belle no fue la primera elección de Assonitis para llevar adelante el papel principal. La primera candidata era Linda Lovelace, la protagonista de la mítica “Garganta profunda”, pero sus problemas con las drogas hicieron imposible su concurso y dejaron vía libre para que Annie se llevara el papel. El rodaje no fue fácil y al parecer, los técnicos huyeron y el filme fue finalizado en Villa Pamphili, en Roma.

La siguiente aventura de Annie tendría lugar en Egipto, pero de eso hablaremos en la próxima entrega de esta monografía.

Ir a Annie Belle (II).


jueves, 15 de noviembre de 2007

COSAS, COSAS...

Anteayer la grabadora dijo basta, no sin antes destrozar dos DVDs que quería grabar. Mañana iré a comprar una nueva, pues la necesito para mis dos próximos posts, que versarán sobre dos actrices de esas que no aparecen en enciclopedia alguna pero cuya presencia en una película hace que esta sea más disfrutable. Serán dos biografías con bastantes vídeos, por lo que esperaremos a que me instale la nueva grabadora.
Por otra parte, quería enseñaros unas fotos de mi (pen)última adquisión en vinilo.







Lo encuentro precioso, y con la gran Soledad Miranda en portada, contraportada e interior. Estoy muy contento de haber conseguido este disco, que encima es doble. Y las composiciones son alucinantes. La casa Crippled Dick Hot Wax no tiene un catálogo muy amplio, pero sí bastante jugoso. Os recomiendo que echeis un vistazo.
Por cierto, la foto de la portada de este disco es ya todo un icono, pero curiosamente no pertenece a la película "Vampyros lesbos" (esto es, "Las vampiras"), sino a "Sie tötete in ekstase".
Por último, os dejo un enlace a un disco que me gusta mucho. Se trata del "Rhinos, winos and lunatics", que grabaron los Man en 1975. Una gozada.

http://rapidshare.com/files/69914408/Man_-_Rhinos_Winos_And_Lunatics.rar

viernes, 9 de noviembre de 2007

LA MUERTE ACARICIA A MEDIANOCHE: NECROLÓGICAS OCTUBRE 2007

2 de octubre.
George Grizzard.
Este actor norteamericano debutó en Broadway interpretando a uno de los presos evadidos de "Horas desesperadas", junto con Paul Newman. Su papel en "¿Quién teme a Virginia Wolf?" le reportó notable fama en el mundillo teatral. En cine no logró destacar, por lo que se refugió en la televisión. Participó en innumerables series y telefilmes como "Alfred Hitchcock presenta", "Se ha escrito un crimen" o "The oldest living graduate" (1980), por el que fue merecedor de un Emmy. Su última aparición en la pantalla fue a las órdenes de Clint Eastwood en "Banderas de nuestros padres" (2006).


Carmen Rossi.
El mismo cáncer que se ha llevado a Grizzard, lo ha hecho el mismo día con esta veterana actriz malagueña de teatro, cine y televisión, campo este en el que ha obtenido su mayor popularidad de la mano de series como "Este es mi barrio", "Manos a la obra" y "Paco y Veva", entre otras. En cine la pudimos ver "La viuda del capitán Estrada" (José Luis Cuerda, 1991), "Tres palabras" (Antonio Giménez Rico, 1993) o en "Un franco, catorce pesetas" (Carlos Iglesias, 2006).



3 de octubre.
Antoni Ribas.
Combativo y reivindicativo son los adjetivos más utilizados para definir a este realizador catalán que estaba en posesión de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. Debutó en el campo del largometraje en 1967 con "Las salvajes de Puente Gil". Sus películas más reconocidas son "La ciutat cremada" (1976), por la que ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Montréal, y el tríptico "Victoria" (1983-1984). Un autor poco conocido y reconocido.







12 de octubre.
Manuela Vargas.
Esta bailaora sevillana consiguió el Premio Internacional de Danza del Teatro de las Naciones de París con tan solo veintitrés años, lo que la llevó a la fama internacional. De hecho, participó en un episodio televisivo del mítico Ed Sullivan. El cine no fue indiferente a este éxito, y a Manuela se la pudo ver en "España otra vez" (Jaime Camino, 1969) y más tarde, en "La flor de mi secreto" (Pedro Almodóvar, 1995).








14 de octubre.
Raymond Pellegrin.
La voz de Fantomas. Este prolífico actor poseía una de las voces más bellas del cine galo. Debutó a principios de la década de los cuarenta, y entre sus más de cien películas, destacan "Amarga victoria" (Nicholas Ray, 1957), "Hasta el último aliento" (Jean-Pierre Melville, 1965) y "Los unos y los otros" (Claude Lelouch, 1981), además de poner la voz a Fantomas en las películas que dirigió André Hunebelle en los sesenta. También trabajó con Lucio Fulci en "Beatrice Cenci" (1969). Estuvo casado con las actrices Dora Doll y Gisèle Pascal. En la foto, junto con Lino Ventura.


16 de octubre.
Deborah Kerr.
Una de las grandes actrices del Hollywood de los años cincuenta. Esta escocesa debutó en el cine a principios de la década de los cuarenta y pronto se haría un nombre dentro del cine británico con sus intervenciones en películas como "El coronel Blimp" (1943) y la sublime "Narciso negro" (1947), ambas dirigidas por Michael Powell y Emeric Pressburger. Un contrato con la M-G-M la traslada a Hollywood y en títulos como "Edward, my son" (George Cukor, 1949) y "El prisionero de Zenda" (Richard Thorpe, 1952) demuestra su gran valía. Para Columbia rueda "De aquí a la eternidad" (Fred Zinnemann, 1953), en la que cambia de registro por el de una mujer más pasional y menos distante. Esta película le supondría la segunda de las seis candidaturas al "Oscar", que finalmente recibió a modo honorífico en 1994. Otras muestras de su extraordinario talento son "El rey y yo" (Walter Lang, 1956), "Té y simpatía" (Vincente Minnelli, 1957), "Tú y yo" (Leo McCarey, 1957), "Otra vuelta de tuerca" (Jack Clayton, 1961) y un larguísimo etcétera. Desde 1960 estaba casada con el guionista Peter Viertel, que la ha sobrevivido diecinueve días.


17 de octubre.
Joey Bishop.
Conocido por formar parte del famoso "Rat pack" junto con Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis Jr. y Peter Lawford, principalmente. Participó en varias películas del clan, como "La cuadrilla de los once" (Lewis Milestone, 1960), "Tres sargentos" (John Sturges, 1962) y "Texas" (Michael Gordon, 1966). También contó con un programa propio de televisión: "The Joey Bishop Show", y en 1962 sacó un disco con el título de "Joey Bishop sings country & western". Otras películas en las que lo pudimos ver fueron la muy interesante "Johnny el frío" (William Asher, 1963), "Rififí a la americana" (Howard Morris, 1967) y "Mad Dog Time" (1996), dirigida por su hijo Larry Bishop.